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  • Foto del escritorJulio Marín García

Crítica literaria 'El otro lado' de Abel Rincón Escudero

'El otro lado' es un thriller psicológico que nos introduce, de lleno, en el mundo de Roberto Blake, un escritor que, tras el éxito de su primera novela, se ve presionado a crear otra historia que triunfe. Lo que pasa es que, misteriosamente, esta historia no será nada fácil de escribir para nuestro protagonista, pues tendrá que enfrentarse a los acontecimientos de "EL OTRO LADO".




Con una premisa de los más intrigante y atractiva parte esta historia que, lamentablemente, no he disfrutado tanto como esperaba.

Valoro muchísimo el trabajo de Abel, pues es una historia arriesgada con toques intimistas. La obra, que escasea en diálogos (algo que, a nivel personal, busco mucho en una historia), nos adentra en los pensamientos de Roberto Blake. De ahí que lo considere un tanto intimista, pues, por momentos, el conflicto interno del personaje parecía mucho más relevante que el externo.


¿Por qué no me ha convencido este aspecto?


No he conectado con el personaje y, al ocupar el mismo el 100% de la historia, se me ha atragantado. Sus pensamientos se me han hecho repetidos en cuanto al tono y, su conflicto interno, no me generaba interés alguno (en cambio, el externo sí que me tenía atrapado).

Consecuencia de las continuas reflexiones de Roberto, he sentido que la trama avanzaba con lentitud. Quizá, porque yo no quería saber qué pensaba el prota, sino, ¡¿qué narices había al otro lado?!

Aún así, el final me ha parecido maravilloso, porque me ha gustado el planteamiento de la historia. Ha sido de lo más original y, Abel, lo ha resuelto con maestría. Me da pena, no haber conectado con el personaje, porque de haberlo hecho, habría disfrutado muchísimo más de la travesía. Quizá, en una relectura, al ser conocedor de LA VERDAD, pueda disfrutar más del libro. Creo que es de esas historias que exige una relectura.

Otro de los aspectos más positivos, es el dominio que tiene el autor del lenguaje. Sin ser rebuscado, se expresa con maestría y hace un uso, más que correcto, de las figuras retóricas.

Es una buena historia que, si conectas con Roberto Blake, devorarás con una satisfacción plena.

¡Enhorabuena, Abel!



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